Pleroma es un término filosófico y religioso, muy común en las doctrinas gnósticas, que se refiere a la plenitud espiritual.
Es difícil explicar la hermosa sensación que se siente cuando el azar te muestra una Escalera Real pero, puestos a buscar semejanzas, creemos que el momento mágico de tenerla es parecido al éxtasis de los místicos. Sí, puede parecer una falta de respeto pero solo sabe esto quien ha tenido la oportunidad de verla y saberla suya.
Vamos a valorar la probabilidad de tener una Escalera Real, con las cinco cartas comunitarias encima de la mesa, en la modalidad Texas Hold’em.
El cálculo se ha realizado teniendo en cuenta las siete cartas disponibles para cualquier jugador: las dos cartas propias y las cinco cartas comunitarias.
De las siete cartas, cinco de ellas formarán la Escalera Real y las otras dos, serán cartas cualesquiera del mazo.
De modo que habrá que realizar dos cálculos antes de proceder a la fórmula definitiva que nos dará las probabilidades de conseguir una Escalera Real.
Para las dos cartas referidas, haremos un cálculo para conocer todas las posibilidades de combinar 47 cartas (las 52 cartas del mazo menos las 5 de la escalera real) cogiéndolas de dos en dos. El resultado es de 4.324 combinaciones posibles.
A continuación, hemos de calcular las maneras de combinar 52 cartas cogidas de siete en siete (los casos posibles).
El resultado es el siguiente: 133.784.560 combinaciones.
Ya estamos es disposición de calcular las probabilidades de tener una Escalera Real, dividiendo los casos favorables (4.324) por los casos posibles (133.784.560).
El resultado es: 0,00323206 %.
Por tanto, las probabilidades matemáticas de tener una Escalera Real son una de cada 30.940 manos, mano arriba, mano abajo.
Puede leerse en la Epístola a los Colosenses, atribuida a Pablo de Tarso: porque es en Él que mora corporalmente toda plenitud de la cualidad divina.
Pablo se refería a Cristo y utilizó la expresión pleroma al referirse a la plenitud. Debido a ello y a otras circunstancias, siempre se ha tenido la sospecha de que Pablo de Tarso era gnóstico. Pero profundizar en ello no es lo más apropiado en una web de poker.
Hacernos la reflexión de Hamlet respecto de cualquier cuestión es un recurso muy recomendable. En este caso vamos a referirnos al poker.
En primer lugar hay que decir que jugar al poker es divertido y muy adecuado para estimular la mente. Implica reflexión, toma de decisiones, arrojo, paciencia, cálculo e inteligencia. Siempre seremos partidarios de jugarlo, especialmente en vivo, mirándose a la cara, en reuniones amigables, alejados de la jauría de los antros. Asimismo, jugarse unos euros a la semana en salas de poker online puede ser un incentivo en determinados momentos en que apetece algo de diversión.
Nuestra recomendación -tanto en el poker en vivo como en salas virtuales- es que se juegue con cautela, en mesas donde se arriesgue poco dinero de modo que, al terminar la reunión o al cerrar el ordenador, tengamos la sensación de haber pasado un buen rato por un precio módico. Y si ha habido ganancias, felicitarse por ello.
El poker es más un juego de apuestas que un juego de cartas. Quiere eso decir que, en su esencia, lleva asociado el competir con dinero. ¿Cuánto es el dinero que uno debe jugarse?
En esta cuestión solo hay una posible respuesta: hay que arriesgar una suma de dinero que no nos represente un quebradero de cabeza caso de perderla, que sea un dinero lúdico
Desde hace algo más de una década, el poker online ha originado una dinamización inesperada del poker. Su práctica permite que muchas personas, de manera anónima, se enfrenten unas a otras en un entorno más específico, donde prima la estadística, utilizando muchas mesas a la vez y con programas que ayudan a descifrar a los oponentes.
El hábitat del poker online es duro, con jugadores agresivos que hacen del farol su arma preferida. Además, hay que tener en cuenta las comisiones que se lleva la sala de poker de cada jugada en la que se muestra el flop. Entre unas cosas y otras resulta difícil ganar: aproximadamente un noventa por ciento de los jugadores de poker online pierden.
Supongamos que dos jugadores juegan diez all-in, poniendo cada uno diez euros en la apuesta. La suerte les depara cinco manos ganadas a cada uno. Al final, en una partida de poker en vivo, ninguno de los dos habría ganado o perdido nada. En una sala de poker online, ambos jugadores han perdido cinco euros cada uno, debido a las comisiones.
Está claro que en una noche, jugando en muchas mesas, puedes perder bastante dinero solo por las comisiones. Son una barrera que solo superan los buenos jugadores. Cierto es que las casas de poker online, para fidelizar a sus usuarios, tienen un programa establecido de devolución de las comisiones mediante unos protocolos que premian a sus usuarios. Siempre es bien recibido, pero en modo alguno compensan de manera significativa los elevados costes del rake aplicado en el conjunto de manos jugadas. Se hace necesaria una revisión de estas comisiones por parte de las salas de poker.
La parte psicológica que conlleva el poker online es más compleja que la del poker real. Ante los desafortunados envites que sufren la mayoría de jugadores, desconcertados por su incapacidad en generar beneficios, siguen las pautas psicológicas habituales, identificando a la mala suerte como la causa de sus males. Ocurre que, al perder con excesiva frecuencia, llega el momento en que el jugador se siente incómodo con su torpeza. Justo en este punto se acoge a las conspiraciones para salvar su ego. Es cuando empieza a desarrollar una teoría en la que predominan los conceptos más negativos. Finalmente, expresa su frustración en un chat, en un foro o en un blog, desacreditando el poker online por intuirlo deshonesto.
Cuando un jugador tiene esta creencia incrustada en su mente es muy difícil que pueda revertir la situación. O ha dejado de jugar, o juega con un fatalismo que le hace cometer errores que le cuestan muy caros.
Al margen que el poker online sea o no deshonesto, lo verdaderamente interesante es que esta secuencia psicológica es redundante en muchos jugadores. El poker en vivo permite comentar las jugadas, encontrar algún alivio entre los compañeros de mesa. En cambio, en el poker online, estas solo, aislado, sin tiempo a reflexionar porque las jugadas se suceden de manera muy rápida. Esta disposición mental, provocada por los acontecimientos que pasan delante de la pantalla, es muy destructiva.
No es un problema menor el hecho que alguien pueda jugarse cantidades importantes de dinero desde su ordenador, encerrado en su habitación. El riesgo de que un anhelo se convierta en adicción es relevante. El ser humano es intrínsecamente adictivo, todos deberíamos ser conscientes de ello.
¿Jugar o no jugar? En la tragedia escrita por Shakespeare, Polonio expresa: con el anzuelo de la mentira pescarás la verdad. A menudo caemos en el recurso de engañarnos. Jugar con dinero exige una reflexión serena y certera, saber ponerse unos límites y ser honestos con nosotros mismos. Sí, juguemos, pero nunca traspasemos la línea roja que avisa del abismo.
Siguiendo el curso de los acontecimientos iniciados en el artículo anterior, incidiremos en la cuestión primordial: las casas de poker online no solo deben ser honestas, sino también parecerlo.
En POKERCSI hemos adoptado un concepto con el que nos sentimos cómodos a la hora de valorar la situación del poker online, un fundamento extensivo a todos los ámbitos de la sociedad. Creemos que, en general y, en lo relativo al poker online en particular, es absolutamente necesario partir de un principio de desconfianza. Solo con esta premisa bien afilada, aplicando todas las herramientas precisas para intentar descartarlo, se obtendrá la consecución de una plena garantía y, por tanto, de una mejor percepción de todos los elementos que rodean el poker online.
Para revitalizar el poker online hay que trabajar en dos aspectos fundamentales: una mejor fiscalidad asociada a un mercado de jugadores europeo, y una integridad a prueba de bomba por parte de las casas de poker.
En el momento actual, después de devastadoras experiencias económicas a todos los niveles, resulta ineludible una transparencia máxima pues, de lo contrario, solo se propicia la desconfianza. El poker online tiene que aspirar a ser un ejemplo de honradez pues, de lo contrario, se enfrenta a un futuro muy incierto.
Es justo reconocer que, desde que en algunos países, se ha regulado el juego online, se han dejado atrás algunas leyendas negras asociadas a los casinos virtuales de poker. Al margen de que siempre habrá quien desconfíe -se haga lo que se haga-, no es menos cierto que una acción constante en el ejercicio de transparencia tendría un impacto de amplio calado.
Las salas de poker deberían ser diáfanas desde todos los ángulos. Ayudaría mucho que sus gerentes se mostrasen accesibles a través de los medios de comunicación, dispuestos a explicar todas las actuaciones dirigidas a crear un entorno más seguro.
Se admite que en los mercados no regulados hay desprotección del jugador. La desconfianza es una gangrena que lo corroe todo. Sería una gran noticia que la regulación del poker online fuese de ámbito mundial pero, asimismo, habría que procurar que sea una regulación abierta, inteligente y flexible
Desde POKERCSI queremos fomentar las ideas esbozadas en nuestros artículos. En algunas cuestiones compartimos plenamente el sentir de una gran mayoría de integrantes de la familia del poker. En otras, queremos ser innovadores y dar un paso al frente, asumiendo cualquier consecuencia que de ello se derive.
Como dijo Julio César, haciendo suyas las palabras de Menandro, antes de cruzar el Rubicón: alea iacta est.
Es realmente descorazonador hacer consultas en Internet y ver que existen miles de comentarios acusadores contra las salas de poker online. Los testimonios difieren en el idioma y en la gravedad de su exposición pero las consecuencias son muy negativas. Tales comentarios no se han expresado en un determinado espacio temporal sino que son acusaciones mantenidas en el tiempo, acaecen día tras día.
Es cierto que Internet es un altavoz de las peores sintonías pero, si queremos que el poker online tenga un buen futuro, es hora de exigir unos cimientos de calidad. Si bien las regulaciones que se van aplicando en los diferentes países son un primer paso imprescindible, resulta evidente que solo cumplen una parte del cometido que hay que afrontar.
En España, la Dirección General de Ordenación del Juego ha impuesto unas determinadas condiciones a las casas de poker online pero, a día de hoy, todavía son insuficientes. Es cierto que han acometido una tarea ingente, abierta en muchos frentes a la vez y, además, muy compleja. Es por ello que hay que otorgarles un reconocimiento y un mayor margen de maniobra pero, algunas acciones que se deben tomar, requieren cierta urgencia.
La historia del poker online es muy corta y, no obstante, ya ha sufrido algunos tornados. Entre los años 2003 y 2007, desde la empresa de poker Ultimate Bet -en aquellos días una de las salas más renombradas en los Estados Unidos- se forjó una de las estafas más destructivas para el mundo del poker. Utilizando opciones del software los propietarios jugaban viendo las cartas de sus oponentes, muchos de ellos grandes jugadores. Por un lado eso nos hace ver que las estafas son posibles y, asimismo, pueden pasar desapercibidas durante años, incluso para profesionales del poker que utilizaban aplicaciones de software para el control estadístico y la revisión de su juego.
Siguiendo con los escándalos, en abril de 2011, el poker vivió su Viernes Negro cuando las autoridades federales de los Estados Unidos emprendieron acciones legales contra Absolute Poker, Pokerstars y Full Tilt Poker. Los propietarios fueron acusados de fraude bancario, blanqueo de dinero y juego ilegal. Con todo, esto no fue lo peor. Después del Viernes Negro, la sala Full Tilt Poker fue acusada de estafa piramidal. La Justicia norteamericana acusó a los ejecutivos de esta sala de haber provocado un agujero contable de doscientos ochenta y cinco millones de euros.
¿Quiere esto decir que todos o alguno de los dueños de las salas de poker tienen comportamientos deshonestos? Queremos pensar que no, pero no es menos cierto que es lícito requerir garantías de seguridad cada vez más altas. Todos podemos afirmar que somos honestos y esto no implica que lo seamos. Por tanto todos somos susceptibles de merecer desconfianza, solo nuestros actos podrán convencer de lo contrario. No se trata de poner a las salas de poker en la picota sino de situarlas a la misma altura que un banco, una caja de ahorros o una agencia de calificación, por poner tres ejemplos.
Algunas entidades bancarias y cajas de ahorros han estafado a sus clientes con productos infames a pesar de estar supervisadas por el Banco de España. De modo que todas las medidas son pocas. Asimismo, en algunas entidades bancarias se han producido auténticos saqueos por parte de sus consejos de administración. Pero, incluso ante estas aberraciones, la mayoría seguimos teniendo cuentas bancarias y confiamos nuestros ahorros en aquellas entidades que creemos merecedoras de nuestra confianza.
Allí donde se maneja dinero tiene que haber la máxima exigencia en los procedimientos. No se trata de señalar a nadie con el fin de perjudicarle, sino de poner sobre el tapete la necesidad de arrogarse de unos protocolos que culminen en una oleada de confianza, seguridad y transparencia. Una vez salvadas las incomodidades de ciertas exigencias, las salas de poker serían las primeras beneficiadas de tal situación.