El cine tiene auténticos tesoros que enlazan con el poker. En algunos casos, las películas tienen su razón de ser en la esencia de este juego. En otros, solo se hace referencia al mismo de pasada. La película los Comancheros es un buen western. En el mismo, hay una escena que tiene al poker como elemento sustancial.
Sentados alrededor de la mesa se encuentran actores de gran talla, al margen de otros no tan significativos. En cierto momento, el capitán Jake Cutter (John Wayne) se levanta para dejar la partida debido a las insinuaciones en su contra por parte de Tully Crow (Lee Marvin). Entonces este, masculla:
Nadie se irá de aquí hasta que recupere mi dinero.
A continuación, Tully Crow y el capitán entran en una serie de disquisiciones hasta que Paul Regret (Stuart Whitman), comenta:
Lo que le pasa a usted es que no juega por el simple placer de jugar, por el estímulo, el bienestar, la agradable compañía, la grata conversación, en fin…
Tully es inapelable:
¡Cierra el pico!
Después de unas pocas palabras entre unos y otros, Tully sentencia de nuevo:
Tardaré todo el tiempo que haga falta en recuperar mi dinero, pero lo conseguiré.
En estas circunstancias, el desenlace solo podía terminar a tiros. Al final, el forajido Tully Crow es abatido por el capitán Cutter.
En este punto, el lector puede preguntarse la intención de este texto. Vamos a explicarlo.
Los integrantes de pokercsi estamos intentando hacernos un hueco en la mesa donde se juega el poker normativo, en la gran trastienda. Tenemos la sensación de que se nos recibe con cierta desconfianza, como si nos percibiesen como una entidad incómoda. No debería ser así, no es esta la idea que tenemos en mente. Nos agradaría favorecer tantas iniciativas como fuesen necesarias, para que el mundo del poker online luzca como los chorros del oro.
Tenemos pensado defender nuestra posición en la mesa, a codazos si es necesario, para que se nos acepte como unos jugadores más, colaborando para que el poker online sea transparente.
Si, por el contrario, se nos quiere echar de la mesa sin tapujos, ignorándonos, entonces afirmamos que centraremos todos nuestros esfuerzos en hacer realidad la siguiete frase:
Aquí no se juega ni una mano más hasta que el mundo del poker online sea absolutamente transparente.
No son las mismas palabras de Tully ni buscamos resarcirnos de una mala noche, pero tenemos la misma determinación. Si para ello hay que arriesgar, arriesgaremos. En pokercsi hemos hecho un pacto y hemos llegado a algunas conclusiones. Ya habrá tiempo de comentarlas.
El juego de la verdad debería ser el juego por antonomasia pero, en sí mismo, no es un juego, sino que es la esencia, la aspiración utópica que tendría que ir íntimamente ligada a cualquier juego.
Cuando un juego no es ecuánime en sus planteamientos, en sus normas o en su puesta en escena pierde su condición de juego para convertirse en una broma pesada, una farsa o un engaño.
Cuando un juego discurre por los raíles de la confianza y la seguridad, si la integridad es santo y seña de todas las entidades que lo auspician y controlan y, si en caso de alguna conducta dudosa, se entra a fondo hasta que cada uno pague sus irregularidades, entonces puede afirmarse que existen las condiciones adecuadas para sentarse a jugar en un entorno seguro.
Por desgracia, demasiados juegos no tienen todavía esta certeza. Internet es una nueva tierra que permite accesos casi imposibles pero, al mismo tiempo, favorece todo tipo de conductas maliciosas. Es la obligación de los estamentos oficiales poner coto a cualquier acción susceptible de fraude pues, en caso contrario, con una actitud dilatoria pueden agravar el problema de manera exponencial.
Porque si estar desprotegido es malo, todavía es peor pensar que estás protegido y, en realidad, no estarlo.
Desde pokercsi tomaremos las medidas que sean necesarias para que el juego de la verdad esté presente en el mismo corazón del poker online.
El pienso, luego existo de Descartes permite muchas digresiones como, por ejemplo, la que da título al presente artículo.
En el ADN de todas las especies animales está incrustado el patrón del juego. Si consideramos el juego más básico y primario como la representación de comportamientos repetitivos, hechos de manera voluntaria y espontánea, habrá que convenir que en el planeta Tierra jugamos todos. Desde avispas a leones, pasando por tortugas y pájaros, hasta encontrar, en la cima de lo lúdico, a su majestad el hombre.
El juego es la actividad neural con la que el niño aprende, se divierte y se relaciona. De la conjunción de sentir, experimentar y pensar, surge la resultante más creativa: jugar. No hay mejor manera de transitar por la vida que tener siempre muy presente su aspecto festivo. Cierto es que la vida es en muchas ocasiones trágica pero, incluso en circunstancias dramáticas, pensar en modo juego puede aliviar, en ocasiones, el peor trance imaginable.
La realidad puede ser vista como realmente es o verla con una patina optimista. No es extraño conocer a algún familiar o amigo que, en el lecho de muerte, cantaba con alegría los goles de su equipo. Es algo innegociable. El jugar entronca con el sendero más íntimo del ser humano, de tal modo que puede hacerle olvidar grandes penas durante el tiempo en que está presente el juego.
Einstein dijo que Dios no juega a los dados. Puede que sea cierto pero, caso de que Dios exista, toda su creación tendría el juego como elemento esencial. El universo vacío sería el gran tablero donde Dios habría desplegado sus mayores fantasías hasta que llegó un momento en que, el mismo juego, tomó vida propia. Todos los juegos guardan en su seno enigmas que nacen de sí mismos, de azares invisibles que ponen la distancia adecuada entre la técnica y la magia.
Tal vez sea cierto que la mentira, hablando de un modo general, es más dulce que la verdad pero, no por ello, hay que asumirla. Porque cuando se permite que la mentira adopte un mejor rostro, un tono benefactor, es cuando está más cerca de convertirse en dañina.
Las mentiras precisan de juegos de artificio para evitar que se desmoronen. Cada día que pasa es más complicado sustraerse a su influjo e intentar demolerlas pues, las explicaciones necesarias para romper con la mentira son, en ocasiones, peores que la mentira misma.
No es fácil gestionar la denuncia de las mentiras. En muchos casos, hacerlo de manera pública puede implicar un remolino destructor. La mentira es aceitosa, te pringa los dedos casi sin tocarla. Sus efectos devastadores pueden llevarse por delante a mentirosos y a inocentes que algo sabían de ella.
Existe, no obstante, un camino para derrocarla y, al mismo tiempo, no sufrir los embates de su oleaje: provocar cambios, poco a poco, día a día, desde dentro de su cenáculo. Es un proceso más lento pero, asimismo, más seguro y en el que, al final del mismo, todos, incluso los más mentirosos habrán encontrado la oportunidad de reciclarse.
Desde pokercsi somos conscientes que en el tapete verde, sin mentiras/faroles, el poker sería muy insulso. Pero fuera de este espacio sagrado donde la mentira es un arte, en el mundo del poker no puede haber lugar para ninguna mentira más. Para conseguir esto no basta con cumplir unos cuantos requisitos de cómoda resolución, sino que resulta imprescindible un cumplimiento estricto y periódico de protocolos exigentes y, a su vez, definitivamente exculpatorios.
No hay que dejar espacio alguno para la mentira, es preciso desterrar algunas sospechas de manera absoluta.
Puede leerse en Isaías 28:15: porque hemos hecho de una mentira nuestro refugio y, en la falsedad, nos hemos ocultado. Es un versículo muy actual, plenamente vigente en demasiadas esferas de nuestra sociedad.
En lo que nos concierne, vamos a buscar aliados para zanjar algunas ecuaciones sin resolver. Nos ponemos a disposición del mundo del poker para trabajar en esta dirección, de manera firme y perseverante.